¿Por qué es difícil cambiar y cómo hacerlo?

Quizá ya te hayas hecho esta pregunta antes. 

Verás, he atendido a miles de personas en cuanto a nutrición y muchos me preguntan: ¿por qué si ya sé lo que tengo que hacer no lo hago?. La mayoría de todas esas personas tienen excusas. Al igual que yo, por supuesto. Y eso es normal, porque somos seres humanos.

No soy psicólogo y respeto mucho ese campo. Sólo quiero compartir una visión que tengo bajo mi experiencia. No creas en lo que aquí digo, es sólo mi experiencia. Creo que es difícil cambiar porque nuestro cerebro siempre hace hasta lo imposible por ahorrar energía. Cambiar requiere que consuma más oxígeno y glucosa, lo cual hace que se pierda el balance energético del cuerpo.

Por esto es que si queremos algo, al cabo de horas, días o semanas ya no lo seguimos haciendo. Porque el cerebro se impone.

Es por esto que muchos comenzamos muy motivados algo y ya luego lo dejamos. O buscamos el camino de menos esfuerzo, o aquél que genere más placer, aunque sea una idea descabellada como esas dietas extremas, rápidas y que generan resultados "fast".

¿Pero cómo cambiar? ¿Será que no podremos controlar a nuestro propio cerebro?

Según mi experiencia sí se puede cambiar pero usando dos caminos:

1) Dándole una razón muy motivante y emocional al cerebro (no razones lógicas) y

2) Incrementar el dolor de quedarse donde se está.

Creo que esto se entiende mejor con una historia: en los ForoChats que imparto por WhatsApp a veces cuento la historia del perro que está acostado encima de un clavo, aullando, gimiendo y llorando. Todo aquel que pasa y ve al perro le pregunta al dueño del perro: 

- "¿y por qué si está encima del clavo no se levanta de ahí para que deje de llorar?". 

A lo que el dueño dice: 

- "es que el clavo le molesta lo suficiente como para quejarse pero no lo suficiente como para levantarse".

Y esto es lo que pasa con nosotros que nos quejamos y no cambiamos. Porque el cerebro es extremista y básico. Sólo cambiará para evitar el dolor o para buscar el placer.

Si analizas bien el caso del perro acostado sobre el clavo, te pregunto: ¿cómo harías para que se levante?

Probablemente dirás: 

1) ofreciéndole una comida (placer) para que se levante o

2) pisándolo para que le duela más estar sobre el clavo y así pues se levante (evitar el dolor).

¿Crees que el perro se levante hablándole con razonamientos lógicos? Es lo que sucede con nosotros, que creemos que cambiamos con información teórica, exposiciones, separatas científicas, seminarios o congresos.

No, no cambiamos así.

Otro ejemplo: hay personas que piensan que alguien dejará su empleo para emprender exponiéndoles gráficas de emprendimiento o viendo yates, imágenes de Rolex, etc. Eso no es suficiente para bajar el miedo a dejar algo seguro, el miedo al qué dirán, el miedo a no tener dinero, etc. Entre lo primero que es lógico y lo segundo que es emocional, siempre se impone esta última.

Al igual que hay personas que piensan que bajarán de peso sólo con leer posts en instagram, asistiendo a cursos o leyendo libros de nutrición y dietética.

Al cerebro no le importa esta información lógica.

De hecho, si es entre evitar el dolor y buscar el placer, el cerebro siempre prefiere el primero. Casi siempre se enfoca en evitar el dolor. Es más pesimista que optimista. Casi siempre se enfoca en lo malo, para evitar repetirlo y así poder sobrevivir. (Si es posible vuelve a leer este párrafo).

¡Piénsalo! es más fácil recordar lo malo que nos han hecho que lo bueno, ¿cierto?. Es más fácil ver los defectos en todo el mundo que sus virtudes, comenzando por nosotros mismos. Y esto sin juzgar si es bueno o malo. Es sólo como opera nuestra mente.

Si esto es así, si el cerebro se enfoca más en evitar el dolor, ¿entonces qué tal si nos presionamos más sobre el clavo para lograr levantarnos por fin?

Con esto quiero decir que en lugar de fingir que todo está bien, ¿qué tal si comenzamos a recordar las cosas que nos molestan o nos hacen sentir incómodos?  

Pero claro, te entiendo... está raro esto que te digo porque la gente nos dice: 
"no te molestes", "tienes que ser feliz", "no te quejes tanto", "sonríe", "acepta lo que te pasa", etc. 

Cosas que lo que hacen es que nos resignemos, que veamos a quienes están peores que nosotros y así seguir plácidos y cómodos sobre nuestro clavo, que ya viéndolo así, ya ni molesta tanto.

Pensamos que tener inteligencia emocional es estar por la vida "pelando el diente" a todo el mundo y jamás molestarnos. Sin embargo, inteligencia emocional es usar nuestras emociones a nuestro favor para alcanzar lo que deseamos. 

Si sentimos rabia de estar donde estamos, por ejemplo, usemos esa rabia bien canalizada para que nos dé poder y así levantarnos del clavo. No se trata de abandonar la rabia porque según eso es pecado, porque es malo o porque nos saldrán canas y nos pondremos feos.

Si a esto vamos, es mucho mejor unos momentos de rabia que nos haga levantar del clavo y cambiar, que durar toda la vida con una felicidad fingida.


¡Piénsalo!

P.D. Disculpa que no haya escrito acerca de información técnica y lógica. De esas que nos parecen interesantes pero que no son suficientes para que el cerebro cambie.

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